Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar el discurso que el ingeniero José Antonio Fernández Carbajal dirigió a los graduandos y graduandas de las carreras de negocios e ingenierías del ITESM campus Monterrey, con el cual invitaba a éstos a trabajar en cinco fundamentos de vida, en donde la inteligencia emocional como habilidad, ocupó el primer lugar de la lista.
Si bien es cierto que la necesidad de contar con otras capacidades, como la de análisis, trabajar por objetivos, etc., estuvieron en el discurso, el énfasis que mostró en la habilidad conocida como inteligencia emocional, fue notoria y un tanto insistente, lo que me hizo reflexionar en el porqué y estudiar una vez más los valores de esta habilidad, permitiéndome resumirlos de la siguiente manera.
La inteligencia emocional no es un antónimo de las emociones inherentes al hombre, sino la capacidad de conectar con otras personas, comunicarse de manera efectiva y resolver conflictos, evitando daños colaterales, denotando empatía, autocontrol y, automotivación ante una determinada situación, es decir, evitar que la reacción ante una emoción supere por mucho a ésta.
Quienes cuentan con inteligencia emocional están atentos a sus emociones, no las bloquean, las identifican y matizan; no sienten temor por mostrarse vulnerables, pero jamás se victimizan; son capaces de analizar sus proyectos y observar el impacto que produce en ellos el no alcanzar un objetivo; son autocríticos, lo que les permite entender las emociones de los demás y ser empáticos, es decir, son personas que se distinguen por saber estar.
Algo valioso de quien tiene esta habilidad es la de reconocer el triunfo de los demás sin compararlo con el propio o el de otras personas; son capaces también de reconocer sus errores y perdonárselos; no utilizan estimulantes como el alcohol o drogas para relacionarse con nuevas personas o mantenerse junto a quienes son parte de su día con día; no toman nada personal y su enfoque está más en lo que pueden resolver, modificar o cambiar que en lo que está mal hecho.
Aquellos que cuentan con inteligencia emocional juegan el juego de la vida a partir de un razonamiento claro: Las cosas se logran con observación, conocimiento, entendimiento, y convencimiento. Las emociones son inevitables, manejarlas y controlarlas decisión personal. Lo negativo y lo positivo es una constante, el equilibrio lo da la capacidad de enfocarse en aquello que debe mejorarse y sólo quedarse con lo que es de utilidad.
La inteligencia emocional es una habilidad inmersa en la capacidad negativa, desarrollarla está en nuestras manos.
Por Paty Bernal
Dirección de Desarrollo | Especialista en tecnología educativa al desarrollo de contenidos de habilidades blandas y técnicas.
Julio 2022
Referencias
Daniel Goleman. La Inteligencia Emocional. Por qué es más importante que el cociente intelectual.
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